¿Avance o retroceso? La industria del litio hace resurgir el concepto de sustentabilidad
- Marianí Pallares
- 26 abr 2021
- 4 Min. de lectura
La revolución mundial de vehículos eléctricos, equipos a base de energías renovables, celulares, tabletas y cámaras cada vez más tecnológicas ha tomado impulso estos últimos años y el litio toma un papel primordial en su desarrollo. Sin embargo, el avasallante crecimiento en su uso ha expuesto numerosos problemas socio-ambientales aún sin resolver.
Fosas de evaporación del Salar Olaroz. Fuente: Argentina Viajera
¿Qué convierte al litio tan interesante para su explotación?
El litio es un metal alcalino, de color plateado a blanco y se caracteriza por ser altamente reactivo, por lo que nunca se encuentra en su forma pura en la naturaleza. Es de bajo peso, lo que lo convierte en una opción ideal para su uso en dispositivos electrónicos. Los iones de litio se mueven del electrodo negativo al positivo cuando se descargan y viceversa, lo que permite que las baterías de litio se recarguen.
Todas estas características convierten al mineral en lo que se conoce como “oro blanco”.
¿Cómo se extrae?
El litio es extraído de depósitos de salmueras mediante bombeo hacia la superficie, luego es concentrado por evaporación solar en una serie de piletas. Las mismas se mantienen durante 18-24 meses hasta que la concentración de litio aumenta considerablemente. Esta solución enriquecida es luego procesada para formar, principalmente, carbonato de litio o hidróxido de litio.
Conexión de la Producción de litio con Sustentabilidad
Argentina se ha destacado por pertenecer a “El Triángulo de litio”, ya que posee 47 millones de toneladas de recursos de litio junto con Chile y Bolivia, alrededor del 65% del total mundial, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. En nuestro país se extrae principalmente en las provincias de Jujuy, Catamarca y Salta.
Actualmente hay dos Salares en funcionamiento: Olaroz en Jujuy y Hombre Muerto en Catamarca y su actividad productiva desencadenó una sucesión de conflictos y discusiones, ya que los lugareños se resisten a nuevos desarrollos de empresas mineras. Estas comunidades de la zona han expresado su descontento, en principio, por la escasa y poco clara información brindada por las autoridades y luego, por la aparición, de una serie de problemáticas ambientales- como la escasez de agua- que dificultan el desarrollo de sus actividades, las cuales la población adjudica exclusivamente a la actividad minera y no al cambio climático que azota fuertemente con sequías a la Puna. Durante la ronda de entrevistas volcadas en el informe Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), el entrevistado número 32 de la comunidad Huancar exclamó “El agua ya empeoró, cada vez hay menos y a veces sale amarilla o verde”. Además, un trabajador en la planta Sales de Jujuy vio derrames: “La semana pasada hubo un derrame de un camión químico, cuando estaba llegando a la planta de Sale.”
De aquí surge la dicotomía de, por un lado, la generación de empleos que solventará en gran medida a familias enteras, y por el otro no menos importante, la necesidad de una “actividad sustentable” que permita que los recursos se mantengan intactos para cubrir con las necesidades básicas actuales y futuras de la sociedad.
Las empresas de tecnología afirman tener una posible respuesta al problema del agua. La nueva propuesta se basa en una extracción directa, que implica filtrar el carbonato de litio directamente de la salmuera en los pozos, en lugar de depender de la evaporación solar. Sin embargo, Argentina continúa, por el momento, con el método de extracción y piletas más convencional, lo que implica mayor exposición al gran consumo del recurso. “En la planta Sales de Jujuy, por ejemplo, los pozos bombean a una tasa de más de 2 millones de galones por día. La minería de litio es realmente extraer montañas de agua”, dijo Daniel Galli, profesor argentino de termodinámica, durante una reunión científica en San Salvador de Jujuy, la capital provincial. Sin embargo otros científicos consideran que no es claro el consumo por extracción.
La explotación de litio está aumentando exponencialmente de la mano de un avance tecnológico cuya demanda es cada vez mayor debido a una necesidad de tener dispositivos más modernos e inteligentes, pero las preguntas que surgen son… ¿Acaso lo económico y la resolución del conflicto social son los ejes principales que debe solucionar la empresa? ¿Hay un balance real entre los aspectos sociales, económicos y ambientales que conllevan a un desarrollo sustentable?¿Se ha informado debidamente a la población cómo podría influir la minería de litio sobre los recursos? ¿La propuesta de nuevas técnicas ayudarán a evitar la degradación de los recursos? La única certeza que se tiene es que todo proceso, actividad de extracción tiene un grado de afectación a la población y a la biodiversidad por el único hecho de ser ajeno a lo natural del sitio.
Muchas preguntas y pocas respuestas han surgido con esta nueva revolución. La problemática radica en que: en el camino hacia la descarbonización, hacia el desapego de los combustibles fósiles, planteamos nuevas alternativas como son las energías renovables, pero también nos encontramos con otras, que a su vez, implican otro tipo explotación de recursos, como es el litio, llevándose consigo un costo ambiental y social difícil de cuantificar.
Por Marianí Pallares
Colaboración de Estefanía Ferraro y Agustín Palavecino
Bibliografía consultada:
Informe. Ministerio de Educación, cultura, ciencia y tecnología: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/bid-litio-final.pdf
FARN
Informe: Extracción de litio en Argentina: un estudio de caso sobre los impactos sociales y ambientales de Pía Marchegiani, Jasmin Höglund Hellgren y Leandro Gómez.
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